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sábado, abril 26, 2025
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Pumas empata con Juárez y está casi fuera del Play-In

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En un Estadio Olímpico Universitario que apenas reunió a poco más de 10 mil aficionados, los Pumas de la UNAM firmaron otro capítulo gris de su campaña al empatar sin goles ante FC Juárez. Un 0-0 que sabe a derrota, que huele a fracaso, y que los deja colgados de un hilo en la Liga MX, fuera de los puestos de Play-In, dependiendo no solo de sí mismos, sino de una combinación milagrosa de resultados.

La herida de mitad de semana, tras la sorpresiva y dolorosa eliminación en la Concacaf a manos del Vancouver Whitecaps, sigue abierta y sangrante. El equipo universitario, golpeado anímicamente, no logró levantarse ni responder ante un rival que se plantó en el Olímpico a defenderse con orden y apostar al contragolpe. Y le bastó.

Pumas tuvo las oportunidades más claras, especialmente en un primer tiempo en el que todo pudo cambiar. Ignacio Pussetto, voluntarioso pero impreciso, desperdició dos ocasiones que pudieron cambiar la historia. Pero el error que heló a los presentes fue el de Leo Suárez, quien, mano a mano con Sebastián Jurado, mandó el balón increíblemente por un costado. El silencio sepulcral del estadio fue el eco de la incredulidad colectiva.

La afición, fiel pero hastiada, respondió con abucheos. Y no era para menos. El equipo mostraba entrega, sí, pero nada de futbol. La desesperación se apoderó del cuerpo técnico felino, con Luis Pérez tomando las riendas desde la banda, mientras Efraín Juárez dirigía desde el Palomar, a través del radio. Cambios vinieron y fueron: salieron Suárez y Pussetto, entraron hombres como Coco Carrasquilla. Funes Mori, ausente en el marcador y presente solo en la nómina, volvió a pasar inadvertido.

José Caicedo tuvo la última, quizá la más clara del segundo tiempo, pero su disparo sin marca se fue desviado, como la dirección de un equipo que no encuentra el rumbo. La garra estuvo presente en los minutos finales, pero sin futbol, sin ideas, sin alma.

Jorge Ruvalcaba perdió la cabeza más de una vez, peleando más con los rivales y el árbitro que con el balón. Memo Martínez chocaba, empujaba, pero sin consecuencias. Así, con el reloj consumiendo los últimos segundos, Pumas se quedó sin goles, sin victoria y casi sin esperanza.

El equipo está en la lona. El panorama es oscuro, la clasificación se aleja, y el tiempo se agota. La garra universitaria parece haber sido devorada por la frustración. Quedan dos partidos y una oportunidad remota. Pero hoy, más que nunca, Pumas parece no tener ni futbol ni corazón para levantarse.

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