Este domingo por la tarde ante un Estadio Olímpico Universitario completamente, lleno los Pumas de la UNAM mantuvieron su racha de triunfos en la actual temporada dando cuenta por la mínima del América.
Los de Coapa llegaban al encuentro con el aire triunfal de haber conquistado la Campeones Cup apenas unos días antes, pero también con el desgaste propio de esa celebración. André Jardine, en una decisión cuestionada, decidió rotar a varios de sus jugadores titulares, pensando en la fase final del torneo. Sin embargo, el plan no salió como esperaba, y los Pumas, dirigidos por Antonio Mohamed, aprovecharon la situación desde el primer minuto.
El arranque fue intenso, con un cuadro de Pumas bien plantado, decidido a imponer su presencia física. Los universitarios, conscientes de la importancia del duelo, no dudaron en hacer sentir el rigor de su marca, intimidando a los azulcremas con entradas fuertes que, en varias ocasiones, pasaron desapercibidas por el árbitro. La presión asfixiante de los locales desconectó al América, que se vio incómodo desde el inicio.
El gol llegó temprano, al minuto 20, tras un error de la zaga americanista que dejó la puerta abierta para que el peruano Piero Quispe definiera con precisión. El Olímpico estalló en júbilo. Fue un gol que, más allá del marcador, representó el dominio emocional del encuentro. América, desarticulado, no encontraba respuesta ante un rival que lucía decidido a no ceder terreno.
A lo largo del primer tiempo, el América mostró destellos de calidad individual, pero careció de cohesión y claridad. El joven Dagoberto Espinoza fue uno de los más afectados por la presión de Pumas. Jardine lo mantuvo en la cancha durante buena parte del encuentro, pero al final el desgaste mental y físico pudo más, y terminó siendo sustituido.
El segundo tiempo trajo consigo la reacción esperada por parte de los azulcremas. Jardine, sabiendo que el marcador los tenía contra las cuerdas, envió a la cancha a sus figuras, incluyendo a su goleador histórico, Henry Martín. Sin embargo, ni la presencia del artillero ni los intentos desesperados de ataque fueron suficientes. La defensa de Pumas, implacable en su misión, mantuvo el orden y neutralizó cualquier amenaza.
Con el paso de los minutos, el partido se volvió cada vez más tenso. América se volcó al frente, pero sus esfuerzos chocaron una y otra vez contra el muro defensivo universitario. La frustración hizo mella en los visitantes, quienes comenzaron a perder la compostura. En tiempo añadido, Richard Sánchez fue expulsado tras reclamar airadamente una falta, sellando así una noche amarga para los de Coapa.
Tras el silbatazo finall, se desató la euforia en el Olímpico. Pumas, con una actuación contundente, logró instalarse en la quinta posición de la tabla, consolidando su lugar en la pelea por los primeros puestos. América, por su parte, deberá replantearse seriamente su cierre de torneo si pretende entrar de manera directa a la liguilla.