Un carro bomba en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, en Cali, y el derribo de un helicóptero de la Policía en Amalfi, Antioquia, han dejado este jueves al menos trece muertos y más de veinte heridos, según confirmaron autoridades colombianas. Los ataques, ocurridos con pocas horas de diferencia, han reactivado la alarma en varias regiones del país donde operan grupos armados ilegales.
En Cali, la tercera ciudad más importante de Colombia, un camión bomba explotó en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación, causando la muerte de al menos cinco personas y dejando catorce heridos. La Policía Nacional inspeccionó la zona tras la fuerte detonación, que destruyó vehículos, afectó viviendas cercanas y generó pánico entre los habitantes de la zona.
Este nuevo atentado ocurre varias semanas después de los ataques coordinados del 10 de junio, cuando se registraron tres explosiones en Cali y un total de diecinueve atentados en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca, que dejaron quince muertos, entre ellos dos policías, y más de cincuenta heridos. Dichas acciones fueron atribuidas al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC. Hasta el momento, ninguna organización armada se ha adjudicado la explosión ocurrida este jueves en Cali.
De manera simultánea, en el municipio antioqueño de Amalfi, un helicóptero de la Policía que prestaba labores de seguridad a uniformados en la erradicación manual de cultivos ilícitos fue derribado, presuntamente mediante un ataque con dron. El hecho dejó al menos ocho policías muertos y otros ocho heridos. En esta región tienen fuerte presencia el Frente 36 de las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo.
Los dos atentados han vuelto a encender las alarmas en Colombia, donde la violencia se concentra en territorios dominados por guerrillas, bandas criminales y herederos del paramilitarismo. Autoridades locales y nacionales han reforzado la seguridad en las zonas afectadas, al tiempo que avanza la investigación para determinar qué grupo armado estaría detrás de estos hechos.
Tras conocerse los ataques, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que su Gobierno declarará como organizaciones terroristas al Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país, así como a las disidencias de las antiguas FARC: el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia. La medida busca endurecer la política de seguridad frente a los recientes atentados que han sacudido al país.
