En una noche otoñal en Guadalajara, el Estadio Akron vibró con la pasión de miles de aficionados que, desde el primer minuto, hicieron sentir su apoyo a la selección mexicana. El esperado duelo amistoso contra Estados Unidos, cargado de historia y rivalidad, prometía emociones desde el pitazo inicial, y México no decepcionó. Con una destacada actuación, el equipo dirigido por Javier Aguirre firmó un contundente 2-0 sobre los estadounidenses, en lo que fue, sin duda, uno de los mejores partidos del Tricolor en los últimos años.
Desde el arranque, México mostró una actitud agresiva, presionando desde la salida y buscando el arco rival con insistencia. Raúl Jiménez, el delantero del Fulham, lideraba los ataques con su característico estilo aguerrido, mientras César Huerta aportaba dinamismo desde las bandas. El equipo mexicano no tardó en imponer su dominio sobre un conjunto estadounidense que se vio superado en intensidad y precisión.
La ovación más fuerte de la noche llegó al minuto 19, cuando Andrés Guardado, el eterno capitán y referente del equipo, fue sustituido en medio de un emotivo homenaje. Guardado, cinco veces mundialista y pilar del fútbol mexicano por más de una década, se despidió de su afición en su último partido con la selección, dejando paso a Luis Romo entre aplausos y cánticos.
Tres minutos después, el momento de inspiración llegó. Raúl Jiménez, en su mejor versión, cobró un tiro libre con una precisión quirúrgica, enviando el balón al ángulo derecho del arquero estadounidense. El gol desató la euforia en las gradas y puso a México en ventaja merecida, reflejando el dominio que había tenido hasta ese momento.
Estados Unidos, dirigido por el argentino Mauricio Pochettino, intentó reaccionar adelantando líneas, pero México mantuvo el control del encuentro. A pesar de algunas aproximaciones del equipo norteamericano, la defensa mexicana, bien ordenada, neutralizó cualquier intento de peligro.
El segundo tiempo inició con la misma tónica. Apenas habían transcurrido cuatro minutos cuando Jiménez, nuevamente, dejó su sello en el partido. Tras recibir un pase de Orbelín Pineda, Jiménez peleó el balón en el área y, a pesar de ser frenado, logró recuperarlo y asistió a César Huerta, quien con un disparo certero puso el 2-0 en el marcador. El festejo de Huerta con los brazos al cielo fue el símbolo del gran momento que vive el Tricolor.
El resto del partido transcurrió con México controlando los tiempos, mientras que Estados Unidos, sin su estrella Christian Pulisic, apenas pudo inquietar al guardameta Luis Malagón. La única ocasión de peligro real para los estadounidenses llegó en el minuto 79, cuando Brandon Vázquez remató de cabeza, pero Malagón reaccionó de manera espectacular para mantener su portería en cero.
Con este resultado, México extendió su invicto bajo el mando de Aguirre, logrando dos victorias y dos empates en su nueva etapa al frente de la selección. Para Estados Unidos, la derrota significó el primer tropiezo en la era Pochettino, que había comenzado con una victoria ante Panamá.