La noche cayó sobre el Estadio El Encanto con un aire de incertidumbre. Pumas llegaba con urgencia de seguir sumando, de confirmar que su despertar no era espejismo, mientras Mazatlán, herido en el torneo, buscaba a contracorriente un triunfo que lo rescatara del fondo. La tribuna sabía que se avecinaba un duelo con tintes de supervivencia.
El reloj apenas marcaba nueve minutos cuando el dramatismo se instaló en la cancha. Rodrigo López habilitó a Guillermo “Memote” Martínez y la zaga sinaloense, nerviosa, cometió el error fatal: penalti. Martínez tomó el balón con rabia contenida, lo colocó en el manchón y, al minuto 10, con un disparo seco al centro, abrió el marcador. Era un grito de desahogo, una bofetada a las críticas que lo acusaban de fallar lo infallable.
Mazatlán, obligado por la vergüenza, quiso responder. Disparos desviados, aproximaciones sin fuerza, el asedio no terminaba en nada. Y como si el destino estuviera escrito, llegó el golpe letal antes del descanso. Al 45’, Jorge Ruvalcaba apareció como cómplice, y Martínez firmó su doblete. El asistente levantó la bandera, el gol quedó en suspenso y el VAR lo devolvió a la vida. Pero la alegría duró un suspiro, porque en la siguiente jugada Fábio Gomes silenció a la banca universitaria con un trallazo que venció a Keylor Navas. El 2-1 dejaba todo abierto al entretiempo.
El complemento fue una batalla de nervios. Mazatlán tuvo la gloria en los pies de Nicolás Benedetti desde los once pasos, pero entonces emergió la figura titánica de Keylor Navas. El costarricense, con reflejos felinos, detuvo el disparo con los pies. El Estadio El Encanto tembló. Los locales se derrumbaron moralmente mientras Pumas, con temple, respiraba otra vida.
El cierre fue un vaivén frenético, con los Cañoneros buscando un empate que jamás llegó. Al contrario, el destino los castigó con crudeza. Al minuto 94, Alan Medina sacó un misil imparable que selló la noche. Y cuando el cronómetro ya se extendía hasta el 100, José Juan Macías, con penal certero, firmó la sentencia: 4-1. Un marcador abultado, una victoria que sabe a resurrección.
Así, los Pumas sumaron su tercera victoria del torneo, segunda al hilo, y con 12 puntos se treparon hasta el octavo puesto. La manada universitaria rugió fuerte en Mazatlán, con Guillermo Martínez como héroe redimido y con Keylor Navas como guardián de hierro. Ahora, el horizonte marca un nuevo reto: recibir a Tigres en CU, con la ilusión intacta de seguir escalando hacia lo alto del Apertura 2025.
Egresados de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ha colaborado en varios medios de comunicación del pacífico, en CMXNoticias desde 2019
