El León no encuentra el rumbo. Los Panzas Verdes empataron 1-1 ante Querétaro en la jornada más reciente del campeonato, firmando así su cuarto partido consecutivo sin conocer la victoria. A los problemas legales que enfrentan ante la FIFA por su aspiración a disputar el Mundial de Clubes, ahora se suma una crisis deportiva que pone en jaque el proyecto de Eduardo Berizzo.
En el Estadio Corregidora, el cuadro esmeralda volvió a mostrar una preocupante tendencia: iniciar ganando y no saber sostener la ventaja. Tal como ocurrió ante Pumas en su duelo anterior, León se adelantó en el marcador y después fue alcanzado, dejando escapar otros dos puntos que lo alejan de los primeros puestos de la tabla.
El partido fue ampliamente dominado por los visitantes. Desde el silbatazo inicial, el conjunto guanajuatense se adueñó de la posesión y del ritmo del juego. Sin embargo, toda esa superioridad se fue al traste por su falta de contundencia y errores defensivos puntuales que han sido una constante en esta mala racha.
A los 31 minutos, Salvador Reyes rompió el cero con un potente disparo de derecha dentro del área. El exjugador del América aprovechó una asistencia precisa de James Rodríguez y no perdonó ante el joven arquero Jorge Hernández, que nada pudo hacer para evitar el gol.
Pero como si el equipo de Berizzo no aprendiera de sus lecciones pasadas, volvió a tropezar con la misma piedra. Con espacios en defensa y sin la concentración necesaria, León permitió que Aldahir Pérez Soto —canterano queretano que ha anotado en sus últimos dos partidos— encontrara libertad y empatara el juego, silenciando a los visitantes.
Durante la segunda mitad, el guion no cambió. León insistió, buscó, presionó y merodeó el área rival, pero su ataque careció de imaginación y claridad. Las llegadas no se tradujeron en goles y el empate terminó sellando una actuación frustrante para un equipo que, por momentos, parece chocar contra sí mismo.