Cuba ha comenzado esté sábado por la tarde a restablecer el suministro eléctrico en la isla, luego de que un nuevo corte masivo dejara sin luz a la gran mayoría de sus 9,7 millones de habitantes.
El apagón, que comenzó la noche del viernes, se produjo tras una falla en la subestación de Diezmero, ubicada en las afueras de La Habana, lo que provocó una pérdida significativa de generación en el occidente del país y el subsecuente colapso del Sistema Eléctrico Nacional.
Según información difundida por diversas fuentes, este es el cuarto corte de electricidad a gran escala en menos de seis meses, una situación que ha obligado a la población a adaptarse a una “normalidad” de apagones recurrentes.
Al respecto, el Ministerio de Energía y Minas ha informado que, ante la emergencia, se están implementando “microsistemas” en 12 provincias para ofrecer un servicio mínimo a centros vitales como hospitales y supermercados.
No obstante, la restauración completa del servicio se encuentra lejos de ser definitiva, ya que la demanda durante las horas pico puede superar los 3.200 megavatios, mientras que la generación actual se mantiene en niveles muy reducidos.
Entre los afectados se encuentran tanto hogares como pequeños negocios privados, pieza clave de la economía local. Jorge Suárez, abogado de 47 años, expresó su frustración.
“Lo que queda es adaptarse y esperar que el gobierno, que es su responsabilidad por supuesto, resuelva el problema.”
Con una cerveza en la mano, comparó la situación con la de “los animales que viven en el desierto, que se tienen que adaptar a vivir sin agua.”
Por su parte, Adela Alba, empresaria de 37 años y propietaria de un establecimiento que funciona como bar, cafetería y supermercado, explicó:
“Es muy complicado, es muy difícil trabajar así. La electricidad es importante para todo.”
Las autoridades atribuyen el colapso a dos factores críticos: el envejecimiento de la infraestructura eléctrica y la escasez de combustible, condiciones que han generado constantes fallas en el sistema y múltiples interrupciones en el servicio. Mientras se intensifican los esfuerzos por reactivar la red, la población continúa afrontando una crisis que afecta la vida cotidiana, generando un ambiente de resignación y creciente tensión social.
A pesar de que se han iniciado trabajos de recuperación, las estimaciones indican que la restauración total podría demorar, lo que obliga a los ciudadanos a adaptarse a una rutina marcada por la incertidumbre y la interrupción de servicios básicos.
Las autoridades, por su parte, aseguran que se están tomando medidas urgentes para modernizar el sistema eléctrico y mitigar los efectos de esta crisis recurrente.

Egresada de la Universidad de Columbia, cuenta con amplia experiencias en medios de comunicación electrónicos e impresos | En CMXNoticias desde 2018