El mexicano Raúl Jiménez por más que quiso, no pudo pesar en el marcador
La épica volvió a teñir de azul Stamford Bridge. Cuando el reloj marcaba el minuto 85 y el Chelsea se asomaba al abismo con el marcador en contra, apareció la furia de un equipo que aún sueña con volver a la élite europea. Un gol de Tyrique George encendió la chispa, y en el tiempo añadido, Pedro Neto desató la locura. Así, los ‘Blues’ consumaron una remontada agónica frente al Fulham que les permite seguir respirando en la intensa carrera por los puestos de Champions League.
El equipo de Enzo Maresca, que venía de una semana con sabor agridulce —clasificados a semifinales de la Conference League pese a una derrota sin trascendencia ante el Legia—, firmó una victoria tan sufrida como vital. Con este resultado, Chelsea rompe una racha de dos empates consecutivos en la Premier y se afianza en la quinta posición, aunque sabe que no puede bajar la guardia: Nottingham Forest, con un partido menos, y Aston Villa siguen al acecho.
Fulham, por su parte, comenzó soñando y terminó desmoronándose. El conjunto de Marco Silva, que durante buena parte del encuentro se sintió ganador, acumuló su tercera derrota en los últimos cuatro juegos y ve alejarse su anhelo europeo. Ya es noveno, en tierra de nadie.
Y eso que el plan le salió bien durante buena parte del duelo. En su primera llegada clara, el Fulham golpeó. Fue al minuto 20, tras una recuperación en medio campo que culminó Alex Iwobi, gracias a un pase medido de Ryan Sessegnon. Fue el noveno tanto del nigeriano en la temporada, que parecía encaminado a otro triunfo sufrido pero eficaz para los visitantes.
Sin embargo, Chelsea dominó. Tuvo la pelota, el territorio y las mejores ocasiones, aunque le costó afinar la puntería. Reece James estuvo cerca de adelantar a los locales temprano. Luego, un cabezazo de Levi Colwill se fue por encima y Pedro Neto exigió una gran atajada de Bernd Leno en la segunda mitad.
Pero fue en el epílogo donde el partido cambió de dimensión. Tyrique George, con temple de veterano, cazó un balón rechazado en la frontal del área y fusiló con decisión al arquero alemán para empatar el choque.
Y cuando el empate parecía el destino inevitable, Enzo Fernández filtró un pase preciso al corazón del área. Allí, Pedro Neto se giró con clase y disparó con furia para sellar el 2-1 en el minuto 93 haciendo estallar el Stamford Bridge.