El pleno del Senado apoyó el llamado de la presidenta Claudia Sheinbaum a Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, para que retire cualquier amago de sanción económica (aranceles), y a construir mediante el diálogo y el acuerdo las políticas necesarias para combatir todo tipo dificultad entre las dos naciones.
A nombre de la asamblea, Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, destacó que es “necesario darse cuenta que nuestra relación económica es del tal magnitud, que cualquier decisión que afecte a alguna de nuestras economías, tendrá necesariamente un impacto en ambas naciones”.
Sostuvo que la imposición de aranceles no solo afectaría a las empresas estadounidenses que operan en México y a nuestra economía, también tendrían un impacto negativo de los consumidores y de la economía estadounidense, además de ser una medida injusta, unilateral, que violenta los acuerdos comerciales existentes entre ambas naciones.
Hizo votos para que la razón y la justicia priven entre las relaciones de México y Estados Unidos y de sus pueblos.
“Estamos convencidos que es mediante el diálogo y la cooperación que se pueden y deben enfrentar estos y cualquier problema o dificultad que aqueja a nuestras naciones. Nuestros pueblos más allá de la transitoriedad de sus gobiernos, seguirán su vecindad, su mutuo intercambio económico, social y cultural y su creciente integración”, aseveró.
Recordó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se opone a estas medidas extraterritoriales, que además amenazan la soberanía de los Estados, y los exhorta a que ni las reconozcan ni las apliquen.
Fernández Noroña afirmó que en cuanto a la migración México no es responsable del flujo de migrantes de Centro y Sudamérica o, de otros países del mundo hacia los Estados Unidos, a pesar de ello a colaborado con el gobierno estadounidense a tal grado que ha disminuido en un 75 por ciento sin la documentación respectiva al vecino país.
“México ha insistido en promover empleos y desarrollo económico en América Latina para enfrentar las causas que generan el fenómeno migratoria a Estados Unidos de América de seres humanos en búsqueda de oportunidades para cubrir sus necesidades básicas.
Tanto México como Estados Unidos son países que se han enriquecido con la población migrante y es necesario superar todo racismo y xenofobia para atender el fenómeno migratorio con humanismo y solidaridad
Reconociendo sobre todo Estados Unidos que los migrantes han contribuido y siguen contribuyendo con su trabajo y esfuerzo a la riqueza del vecino país”, dijo.
En cuanto al tema de consumo de drogas, recordó que nuestro país ha colaborado permanentemente con el gobierno de nuestra vecina nación en el combate al crimen organizado, y en especial, al narcotráfico.
“Ha tomado medidas especiales para combatir el flagelo del fentanilo, que causa graves estragos a la población de Estados Unidos, México lo ha hecho y lo seguirá haciendo por la convicción de luchar contra un mal terrible que aqueja a la humanidad y que en los Estados Unidos es quizás el problema de salud más serio que padecen, al ser el mercado de consumo de drogas más grande del mundo.
La colaboración entre los gobiernos de ambas naciones debe continuar y fortalecerse y cada país debe asumir su parte, pero no hay duda que difícil será su solución si desde los Estados Unidos no se desarticulan los grupos criminales de distribución de estupefacientes y si no se logra detener el tráfico de fentanilo desde los países asiáticos, y no se impulsan programas sociales y de salud pública que asuman el consumo de drogas como un problema de salud pública central en la Unión Americana.
Nuestro país no es el principal consumidor de drogas del mundo, no produce armas y sí entran ilegalmente al territorio nacional cerca del 75 por ciento de las armas que utilizan los grupos criminales en México, siendo estas de procedencia o de fabricación estadounidense.
En cambio pagamos el altísimo precio de poner las muertes, que son el enorme costo que cobran por las disputas por lograr el control del abastecimiento del principal mercado consumidor de drogas en el mundo, los Estados Unidos”, señaló.
Gerardo Fernández Noroña, negó a los senadores de oposición fijar posición sobre este tema.