En una noche cargada de tensión, con el antecedente del escándalo entre León y América aún fresco, las Águilas y los Tuzos ofrecieron un partido de ida en los Cuartos de Final sin goles, pero con mucha tela de dónde cortar. El empate 0-0 en el Estadio Hidalgo dejó un sabor amargo por la falta de emociones, aunque la polémica arbitral y el contexto fuera de la cancha añadieron dramatismo a una eliminatoria que se definirá el sábado en la Ciudad de los Deportes.
Desde el arranque, el ambiente fue espeso. Ambos equipos se saltaron el protocolo de saludo antes del silbatazo inicial, reflejo de un ánimo enrarecido. El primer tiempo fue ríspido, más de choque que de futbol, con un momento que encendió la polémica: Carlos Moreno salió de su área y chocó con Henry Martín en una jugada que parecía clara para tarjeta roja. El árbitro así lo entendió de inmediato, pero el VAR intervino para anular la expulsión al detectar un fuera de lugar previo del delantero yucateco.
La jugada dividió opiniones, avivó el debate sobre el uso del VAR y le puso aún más presión a una serie ya marcada por la controversia.
Futbolísticamente, el partido fue pobre. En la primera mitad, las ocasiones brillaron por su ausencia y el juego se desarrolló mayormente en el medio campo, con ambas escuadras neutralizándose sin ideas claras.
En el complemento, el encuentro subió ligeramente de tono. Rondón tuvo la más clara para Pachuca con un cabezazo que obligó a Luis Ángel Malagón a lucirse bajo los tres palos. América respondió con una doble llegada tras una serie de rebotes en el área, pero la puntería no estuvo del lado azulcrema.
Los Tuzos cerraron el partido con más intención que peligro, pero el marcador no se movió. El 0-0 dejó la moneda en el aire, aunque la ventaja en la tabla general pone a las Águilas más cerca de las Semifinales.
