Terminó la trilogía del Clásico Joven, una serie intensa, estratégica y, por momentos, ríspida, que dejó a Cruz Azul con el boleto a las semifinales de la Champions Cup y al América con un mal sabor de boca: eliminado del torneo internacional y, para colmo, sin el liderato del Clausura 2025, que ahora pertenece al Toluca.
En esta tercera entrega, el empate sin goles supo más a gloria celeste que a conformidad azulcrema. André Jardine ajustó el once con Dávila en la central y Jonathan dos Santos en la media, dejando atrás la línea de cinco que usó a media semana. Vicente Iván Moreno también movió sus piezas: Chiquete entró para reforzar la zaga y decidió ir al frente con dos delanteros. Ambos técnicos sabían lo que estaba en juego.
Pero la tensión superó a la emoción. Fue un partido táctico, contenido, sin muchas luces. Cruz Azul jugó con la confianza de haber superado el temor escénico, el miedo al “grande”; América, con la presión de un Toluca que ya había hecho su trabajo. No hubo ritmo, ni fluidez. Mucho choque, pocas llegadas y un ambiente de nerviosismo. El miedo al error, más que el deseo del triunfo, marcó el primer tiempo.
Hubo destellos, sí, como un cruce salvador de Reyes ante un remate de Rotondi, o un disparo lejano de Erick Sánchez que rozó el travesaño. Pero nada que estremeciera realmente a los arqueros.
En el complemento, el partido se sacudió un poco. Dávila probó a Mier y Rivero respondió con un disparo desviado. Los cambios llegaron: Valdés para América, Bogusz para la Máquina, buscando encender lo que hasta ese momento era puro cálculo. Y por un instante, pareció que América se sacudía el letargo. Valdés sirvió a Fidalgo, quien tuvo el gol en sus pies, pero no logró vencer a Mier en el mano a mano. Minutos después, Juárez falló un cabezazo que pudo cambiar el destino.
Pero fueron solo chispazos. El miedo al golpe anímico en el cierre del torneo pesó más que la ambición. Y así, con el reloj avanzando sin grandes sobresaltos, el 0-0 se instaló como una sentencia definitiva.
Para el América, el panorama se complica. Ya sin la Champions Cup y con el liderato perdido, deberá cerrar con fuerza ante Rayados y Mazatlán, esperando que Toluca tropiece para recuperar terreno. No es el cierre que esperaban.
Cruz Azul, en cambio, sale con el pecho inflado. Le ha competido —y eliminado— al que muchos aún consideran el mejor equipo del último año y medio. El cierre no será sencillo, con duelos ante León y Toluca, pero La Máquina ha ganado algo más que el pase: confianza.
En esta trilogía, el guion fue celeste.